En el anterior post se hizo referencia sobre "Los días clásicos en La Molina", pues bueno ahora voy a mostrar dos artículos sobre quiza el día mas importante en La Molina, "La Saladera" como fue conocido en sus inicios, actualmente ya nos se le conoce de esa manera, sino como "El Bautizo".
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Los artículos han sido tomados de la revista AGRONOMIA, que data de los años 50's, y veremos como se llevaba a cabo este famoso evento en aquellos años. Un dato para tener en cuenta es que en esa época a los cachimbos se les daba el apelativo de "perros", así como eso encontramos una serie de diferencias a como se desarrolla actualmente el bautizo.
No les cuento más y lean las crónicas de una saladera.
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UNA COSTUMBRE TRADICIONAL QUE NO DEBE EXTINGUIRSE
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¡VOLVEREMOS A VER ESTAS IMAGENES!
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En la vida de toda institución, incluso de todos los pueblos, hay hechos que constituyen un sello peculiar, podríamos decir una marca de fábrica que los hace inconfundibles, que son representativas de las comunidades que las ejecuta: son hechos tradicionales y como tales, dignos de ser respetados y cumplidos.
Si ustedes revisan el "Album del Cincuentenario de la Escuela" verán entre otras cosas a Juan Antonio Aguirre enseñando sus sinuosas líneas en un ceñido "Bikini", verán al hoy Presidente del Centro de Estudiantes, Arturo Cornejo, hecho un perfecto cocinero, "Monofré" Martínez con su cruz de palo al hombro y cosas por el estilo: Son recuerdos inolvidables que conforme pasan los años nos unen con mayor arraigo a nuestra Escuela.
Era un día de fiesta, un día de regocijo, claro que acosta de los perritos, pero ellos también se divertían y desde ya, tomaban la mejor manera de desquitarse el próximo año. En ese día los perros hacian el juramento de estilo ante las autoridades de la Escuela y sus "celosos guardianes" de los años superiores. Acontinuación jugaban un partido de fútbol con sus "congéneres" de la Escuela de Ingenieros, luego un merecido almuerzo y muchas veces un gran bailongo.
Este ha sido el modo de recibir alos nuevos compañeros, durante muchos años y esta debe ser la manera de recibirlos por muchos años más.
No se trata de hacerles un vulgar recibimiento, de maltratarlos haciéndoles conocer algo que haga daño, ni marcarles la cara con nitrato, ni hacerles correr ante una lluvia de patadas, ni arrojarlos vestidos a la pileta de la Plaza de Armas, ni de pegarles cuatro tijeretasos a la diabla en esas hermosas melenas de león que tienen algunos .............. ¡Ah, si supieran todas las filigranas que con ellas se pueden hacer!
No señores, no hay que llegar al extremo de que nuestro querido profesor y gran "benefactor" de los perros, Dr. Enrique Gonzáles Aguinaga, se vea en la imperiosa necesidad de llamar a la patrulla policial para salvaguardar la integridad física de los canes.
Cuando al iniciarse las clases quieran satisfacer sus ansias de bautizar, con el primer perro que se les cruza por el camino, domínense y acuérdense que hay una tradición forjada por muchos años y que señala un día muy grande dentro del calendario anual de la Escuela: "EL DÍA DE LA SALADERA".
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Revista AGRONOMIA - VOL. XX, N°81 - Mayo, 1955.
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Y... ¡ SE HIZO LA SALADERA!
Esta vez hubo una Comisión Organizadora, formada por "viejos" caracterizados por sus "dotes de sadismo", quienes se encargaron de estructurar un programa y crear una guerra de nervios en el no menos nervioso temperamento de los cachimbos. Llegó el día "X" y comenzo el programa amenizado por la banda de música de la Escuela de Policía, cuyo fin, según corrían rumores, era camuflar los alaridos de los maltratados novicios; pero no, no hubieron quejidos de dolor ni ayes lastimeros; parece que pasaron a los anales de la historia las ya clásicas saladeras de otros tiempos, con sus muy recordadas carreras de baquetas y otras pruebas de selección, ya que sólo sobrevivían los mas vigorosamente constituídos.
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Los padrinos desplegaron entusiasmo y habilidad para desfigurar con filudas tijeras y disfrazar con arte inusitado a sus sumisos "perros", premunidos por el aliciente de suculentos premios al mejor disfraz. Así se vio a los aficionados a la pintura surrealista, hacer un alarde de trazos y de colores sobre los lienzos caninos en abundancia; por otro lado, los émulos de los maeestros de maquillaje hollywoodense, presentaron personajes de la más variada apariencia, "ficticios y cuya semejanza con personajes, era simple coincidencia".
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Acto seguido, uno de los viejos más duchos en las lides estudiantiles, se encargó de dar la bienvenida a los nuevos integrantes de la familia molinera, mediante un discurso lleno de "sabios" consejos y útiles advertencias, para la feliz permanencia en la Escuela y supervivencia de los neófitos cachimbos.
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A su vez, un can, muy bien amaestrado, hizo manifiesta la ilimitada gratitud de los bautizadores, a sus "amos y señores" por el alto honor conferido, afirmando ser genuinos perros de pedigree, lo cual no podíamos admitir en dichas circunstancias, el fenotipo completamente camuflado ... ¿y el genotipo?.
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También el director de la Escuela, el Doctor Alberto León, recepcionó a los integrantes y se mostró complacido ante el gran número de ellos, cuya misión, dizque era resolver la carencia de mano de obra en La Molina.
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Concluyo este colorido y maravilloso espectáculo (el más grnade del mundo) con la repartición de los mencionados premios; y todos quedamos felices y contentos.
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"La bella y la bestia"
uno de los cuadros premiados
"El perro custodio"
"El mero Cantinflas"
otro disfraz premiado.
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Revista AGRONOMIA - VOL. XXI, N° 85 - Abril-Mayo 1956.
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